martes, agosto 4
Un buchito de Café.
El buchito de café es para un cubano la primera regla de cortesía cuando abrimos la puerta de nuestras casas. El café saluda también el amanecer y el recomienzo de la vida. Muchos cubanos prescinden del desayuno formal. Pero el aroma y el sabor del café matutino al levantarse de la cama, de pie, junto al fogón, son indispensables para iniciar la jornada con signo favorable.
Muy cerca de Santiago de las Vegas, en el cercano Wajay comenzó la historia de nuestro café. En 1748 Don José Gelabert (contador mayor) trajo las primeras semillas desde Santo Domingo y estableció la primera plantación. Sin embargo la gran avalancha de haciendas cafetaleras se produjo con la llegada de colonos franceses que emigraron desde Haití debido a la revolución de 1791. Estos conocedores del cultivo encontraron terrenos favorables en la zonas montañosas del occidente, centro y oriente del país. Gracias a este auge Cuba llego a ser el primer exportador mundial de café a principios del siglo XIX. El boom cafetalero tuvo lugar durante las tres primeras décadas de este siglo pero hacia 1830 perdía fuerza gracias a la mediación de España. La metrópolis imponía gravámenes a los principales países importadores como Estados Unidos quienes buscaron nuevos mercados emergentes como Brasil o Colombia.
Aunque Cuba perdió su hegemonía, la calidad del café se conservó, tanto en su cultivo como en el beneficio, técnicas que se trasmitieron de generación a generación. Hoy sin embargo la producción de café gourmets solo es privilegio de algunos pocos. Cuba posee el mayor número de ruinas de haciendas cafetaleras con valor arqueológico.
La especie mas cultivada en Cuba es la Coffea arábica, siendo la variedades Caturra,Catuai y Bourbon las mas presentes. Nuestro café posee una fragancia fina y delicada, buen cuerpo balanceado, buena acidez y un sabor delicado, suave y dulce.
En el mundo se consumen diariamente 2 500 millones de tazas de café, de las cuales podemos asegurar algunos millones corresponden a nuestro buchito de siempre.
Nota importante sin que sirva de precedente.
Estaba escribiendo este sencillo articulo cuando el cartero llamo a mi puerta, una sola vez por cierto. Traía un paquetico en sus manos dirigido a mi persona desde la ciudad de Miami. Su remitente nuestro gran amigo José Alberto Balido hacia gala una vez más de su amor por todo lo nuestro. Su contenido es una vieja promesa que me hizo "Masarreales de Guayaba" hace casi 20 años que no pruebo uno. Hoy el buchito de café tiene compañía, sabrá mucho mejor.
Gracias Jose.
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