sábado, febrero 2

Tren en marcha.

Maqueta del primer tren en Cuba,
expuesta en el Museo del Ron -La Habana
 En la actualidad el territorio español esta surcado por miles de kilómetros de vías férreas. Trenes de mercancías y trenes de pasajeros unen poblaciones de norte a sur y de este a oeste. Desde 1848 con la inauguración de la vía férrea que une Barcelona con Mataró hasta el presente desarrollo de los trenes de alta velocidad la historia ferroviaria española está repleta de acontecimientos que de manera importante han incidido en el desarrollo económico y social de este país. Sin embargo son muchos los historiadores que sitúan y reconocen el primer tramo de línea ferroviaria española muy lejos de estas tierras.


Allá por la década del 30 del siglo XIX Cuba era aun considerada tierra española y fue precisamente en La Habana donde el  19 de noviembre de 1937 bajo una pertinaz lluvia, típica del suave invierno cubano y en presencia de la más alta jerarquía de la Capital quedaba inaugurado el primer tramo de la línea ferroviaria que uniría La Habana con la Villa de Güines. El creciente desarrollo de la industria azucarera y de otros productos agrícolas al sur de la Habana y la necesidad de su transportación hasta el puerto habanero fueron condicionantes en el desarrollo ferroviario de la última colonia española. Cuba se convirtió en el primer país de América latina en poseer sistemas ferroviarios y el séptimo en el mundo.

El promotor del primer ferrocarril de Cuba fue Claudio Martínez de Pinillo, el Conde de Villanueva nacido en La Habana y por lo tanto un criollo. Fue Conde a partir de la muerte de su padre, que era español, El 20 de Mayo de 1814 fue nombrado Contador General de Rentas y de la Aduana de la Isla de Cuba. En 1832 pasó a ser el Presidente de la Junta de Fomento- En 1833 murió Fernando VII y le sucedió la Reina Isabel II, quien el 12 de Octubre de 1834 autorizó el ferrocarril, financiado por bancos ingleses mediante préstamos  de dos millones de pesos en oro. En abril de 1835 la Junta de Fomento creó la Comisión denominada Camino de Hierro, presidida por el Conde de Villanueva.

Aunque esta parte de la historia está muy bien documentada surge un elemento discordante.  Según parece, existe información en el museo del Ferrocarril de Gijón que indica que tres años antes de 1837 existía ya un tren minero en la población asturiana de Arnao.   Fuese uno u otro, lo mismo da, al final todo queda en casa.