jueves, junio 6

Albóndigas, resultado de una conquista.

" Después de un buen almuerzo, el último alcalde español de nuestro pueblo, un sobrio y elegante asturiano se fue a su acogedora alcoba para disfrutar de una buena siesta, dejando sus regias botas sobre la alfombra. Reclinando su cabeza sobre la almohada y tapando su cuerpo con una sabana de algodón recordaba la conversación sostenida con el alférez Pepe, hijo de su buen amigo el almirante Don Santiago de Alcazar, mientras se deleitaban con las albóndigas con el toque de alcaparras elaboradas por su esposa, una bella mujer repleta de caras alhajas. Desde su cama podía escuchar la algarabía de la calle por la llegada de un vecino cuyas alforjas rebozaban de exquisitos chorizos y buen alcohol para la próxima fiesta del pueblo". 

 Resulta indiscutible que en nuestra cocina más tradicional un buen plato de albóndigas era muy apetecible, aunque a veces nos costara serias discusiones sobre cuantas nos correspondía a cada uno. Lo que no podía imaginar es que este plato en su versión más española y por ende cubana, fue introducido en la península ibérica durante la invasión y conquista musulmana en el período de la edad media entre los años 711 y 1492. El término albóndiga proviene del árabe "al-bunduga" que significa avellana o por extensión un objeto redondo pequeño. A modo de conocimiento general cabe destacar que en nuestro castellano más de 4000 palabras provienen del árabe entre ellas aquellas que comienzan con la pronunciación al, cuyos ejemplos encontramos al recrear la placentera siesta de nuestro ilustre alcalde.