Para un emigrante, cualquiera que sea su destino, resulta difícil asimilar el nuevo entorno, nuevas personas, nuevas formas de vestir pero sin lugar a dudas si hay algo que resulta aún mas complicado es asimilar las nuevas comidas y se hace un hábito recordar todo lo nuestro por muy sencillo que fuese. En cualquier lugar del mundo encontramos a un cubano, y no es erróneo decir que a pocos instantes de entablar una conversación no se mencione ¡me comería un plato de arroz con fríjoles como el que hacia mi madre!... Somos emigrantes por necesidad pero el amor por lo nuestro entra por la cocina.
Recordar es vivir por dentro, y permite mantener nuestra identidad y hacer que los que hoy comparten nuestras vidas reciban un pedazo de lo nuestro. Queremos compartir con ustedes esos recuerdos de la cocina de la abuela y de nuestras madres y hacer un poco de historia de que tenemos una cultura culinaria. A su vez ampliar nuestros conocimientos y hábitos de alimentación con todo aquello que hemos encontrado por otros lares.
Santiago de las Vegas en Línea felicita de todo corazón a los creadores del nuevo blog Recuerdos de mi cocina santiaguera, un nuevo espacio en la Internet para mantener vivas nuestras tradiciones culinarias. Próximamente pondremos un enlace permanente en nuestro sitio. ¡Gracias, Giraldo, por tan noble empresa!
ResponderEliminarJosé Alberto Balido Hernández y David Appell Varmuza / Miami, Florida
Hola, soy española. Quiero aportar humildemente, ya que no soy de Santiago, un pequeño comentario de mi experiencia gastronómica en mi pequeña estancia en Cuba. Recuerdo con nostalgia las maripositas chinas con su salsa agridulce y las bolitas de queso que me sirvieron en el restaurante Polinesio del hotel Habana Libre. Realmente delicioso. También me gusta mucho la ropa vieja que por cierto puede ser un plato perfecto para la crisis, pues después de aprovechar un trozo de carne para un guiso o caldo de ese mismo pedazo de carne haces un plato fuerte del que comen varias personas. Es un gran invento. Felicidades Giraldo por tu blog. Maca Gijón
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