Sin él no he comido.

Sentada junto a la ventana de la cocina, aprovechando la luz del sol estaba la abuela escogiendo arroz, con sus espejuelos a media nariz sacaba los gorgojos, las piedras y no se cuantas cosas más, de vez en cuando nos ponía a todos en función como si de una jornada de trabajo voluntario se tratase. Es indiscutible que el arroz es el alimento estrella de la cocina cubana, y para un cubano una comida sin arroz no es comida. Llego a América de la mano de los españoles que a su vez lo habían conocido durante la ocupación musulmana de la península. Su origen como cultivo se remonta 10 000 años atrás en el sudeste asiático. Países como China y la India basan su dieta en este alimento. Nuestro José Martí hace referencia a él en "Un Paseo por la Tierra de los Anamitas". Para un chino un grano de arroz es como una pepita de oro.

El arroz (Oriza sativa) es una gramínea que se ha convertido en el segundo alimento más consumido del mundo después del trigo y el primero en Asia. Podemos decir que más de la mitad de la población mundial depende de este alimento. Existen más de 120 variedades distintas con formas y colores diferentes, siendo utilizados según sea la receta; arroces largos, redondos, blancos y negros brindan un amplio abanico de posibilidades. Por su bajísimo contenido en grasas, es un alimento excelente para mantener una buena salud cardiovascular siempre y cuando no se le incorporen grasas al cocinarlo.

El componente mayoritario del arroz es el almidón y por ello supone una buena fuente de energía. Aporta unas 350 calorías por cada 100 gramos. Aporta un 7 por ciento de proteínas y es rico en vitaminas del grupo B, si se consume integral.

Decía el Gran filosofo Chino Confucio (551 A.C-478 A.C)

¿Me preguntas por qué compro arroz y flores?

Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.