Somos hijos de una generación que vivió dentro de una sociedad donde la segregación racial marcaba pautas de vida y relaciones humanas. Allí en la casa del viejo Santiago escuchaba lo cuentos y anécdotas de nuestros mayores referente de los acontecimientos que se producían en nuestro pueblo en relación a ello. Es cierto que la Constitución Cubana de 1940 contemplaba como acto punible la discriminación racial pero la realidad dejaba sombras que llegaron hasta nosotros.
Hoy en día la multiculturalidad tiene su fuente principal en la emigración. Aquí en la Madre Patria es un fenómeno relativamente nuevo. Cuando llegue a estas tierras paso mucho tiempo en que viese a un negro y digo negro porque eran negros los amigos que deje atrás y no personas de color como fina e hipócritamente suelen llamarlos aquellos que hacen gala de un seudo compromiso con la igualdad racial. De color somos todos; blancos, amarillos o negros, solo un adjetivo los diferencia, ser buena o mala persona.
Serán las futuras generaciones las encargadas de borrar estas mezquindades de la raza humana. Hace pocos días un diario local recogía las impresiones de una directora de colegio donde hay niños provenientes de 44 nacionalidades distintas sin que fueran visibles problemas raciales entre ellos. En un reciente informe Amnistía Internacional recogía lo siguiente: “En los últimos años ha habido en España un aumento de denuncias de abusos y discriminación contra ciudadanos extranjeros y miembros de minorías étnicas como los gitanos. No son casos aislados, sino que se ha detectado un incremento preocupante de actos discriminatorios en el ámbito laboral, educativo, en el acceso a la vivienda, a lugares de ocio, etc. Todo ello va acompañado de un alarmante crecimiento de casos de tortura y malos tratos a inmigrantes o minorías étnicas por parte de agentes del Estado.
Por ese motivo, Amnistía Internacional insta al estado español a elaborar y poner en marcha un Plan integral de lucha contra el racismo en los ámbitos nacional, autonómico y local que incluya medidas de todo tipo (político, social, educativo, de sensibilización...) para luchar contra actos y actitudes racistas, xenófobas, y antisemitas, así como manifestaciones de rechazo generalizado de los inmigrantes. El fin último es eliminar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia en el lugar de trabajo, en su acceso a la sanidad, educación, prestaciones sociales, a la vivienda, a locales de entretenimiento, etc.”
Esperemos que los niños no copien de sus mayores, son tiempos de cambio y de olvido.