sábado, septiembre 17

Palabras nuevas.

Hotel La Ermita-Pinar del Rio-Cuba
La emigración a un país donde el idioma es tu lengua materna es sin lugar a dudas una ventaja importante a la hora de tu integración en un sistema de vida nuevo, lleno de incertidumbres, miedos y fobias. Lo anterior no resta que paulatinamente incorpores a tu vocabulario nuevas palabras  cuyo significado quizás conocieras en otros términos o tal vez sean conceptos nuevos en una sociedad diferente. No recuerdo haber utilizado nunca en Cuba la palabra estrés, puede ser y estoy seguro de ello que muchos lo sintiéramos ya que razones sobradas pudiéramos haber tenido pero lejos de la importancia y el exagerado pronunciamiento del verdadero sentido de la palabra que se le da en estas sociedades desarrolladas.
El estrés es una sensación que creamos al reaccionar a ciertos eventos. Es la manera en la que el cuerpo se enfrenta a un reto y se prepara para actuar ante una situación difícil con enfoque, fortaleza, vigor y agudeza mental. Los eventos que provocan el estrés cubren una variedad de situaciones - desde verse en peligro físico hasta hacer una presentación en clase o tomar un semestre con la asignatura más difícil.
El cuerpo humano responde a estas situaciones activando el sistema nervioso y ciertas hormonas. El hipotálamo envía señales a las glándulas adrenales para que produzcan más adrenalina y cortisol y envíen estas hormonas al torrente circulatorio. Estas hormonas aumentan la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, la presión arterial y el metabolismo. Los vasos sanguíneos se ensanchan para permitir una mayor circulación sanguínea hacia los músculos, poniéndolos en alerta. Las pupilas se dilatan para mejorar la visión. El hígado libera parte de la glucosa almacenada para aumentar la energía del cuerpo. Y el cuerpo produce sudor para refrescarse. Todos estos cambios físicos preparan a la persona para reaccionar rápidamente y eficazmente cuando siente tensión emocional.
Atendiendo a lo anterior cabe preguntar si tenemos derecho a sentir estrés los que tenemos el sagrado privilegio de tener un techo y algo que llevarnos al estómago en el mundo en  que vivimos.  La respuesta puede ser tan ambigua como nuestra propia existencia y modo de contemplar la realidad. Hace unos días conocí a una persona que estaba de baja médica por estrés post-vacacional.
En mi modesta opinión hay que tener una cara muy pero muy dura al presentarse ante un facultativo y decirle que tiene estrés después de haber pasado unas vacaciones en una paradisíaca playa del caribe. En épocas donde millones de personas no pueden trabajar porque sencillamente no tienen trabajo y las penurias son cada vez mayores, quizás mas traumáticas en las sociedades de consumo pone en evidencia las mezquindades verdaderamente traumáticas del Homo sapiens del siglo XXI.   

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