
Un recuerdo para todas las vidas segadas, donde quiera que sea.


Sin apenas percatarnos de ello, los Santiagueros hemos tenido a nuestro alcance toda una diversidad de frutas que no apreciamos hasta que no las perdemos. La existencia de la Estación Experimental Agronómica, sumado a la existencia de viveros y a las condiciones edafológicas de nuestro territorio propiciaron la existencia de muchas especies frutícolas. En nuestros propios patios o en fincas cercanas al pueblo existían todo tipo de frutales y en una amplia gama de sus variedades. Teníamos desde el común mango filipino o la más sabrosa manga amarilla, hasta el Super Hayde y el mango Florida dos buques de gran calado para las más exquisitas mesas. La Guanábana forma parte de estas frutas aunque quizás sea la gran desconocida. Es una fruta originaria de la América tropical, aunque se cultiva también en Hawai, la India, Filipinas y Australia. Su nombre científico es Annona muricata, perteneciendo a la familia de las anonaceaes. Hoy el mercado nos ofrece innumerables tipos de jugos y refrescos cuyo sabor a veces es indefinido e indescriptible o sencillamente no saben a nada, pero el solo recordar nuestras Champolas de Guanábana nuestras glándulas nos transportan a la cocina de la abuela en cualquiera de las casas del viejo Santiago.





Resulta agradable y enriquecedor el debate que se ha originado alrededor de la receta de las croquetas de La Dominica. Al margen de si es o no la original, el valor mas asumible es que después de 50 años todos las recordemos y con ello su calidad rebase el sentido gustativo y llegue a nosotros como parte de nuestra cultura culinaria mas auténtica, este es su verdadero secreto. Existe un sabio refrán que dice "Existen tantas recetas como cocineros haya". Un receta esta compuesta en teoría por un título del plato, unos ingredientes y una manera de elaborarlos, pero falta el recelo y el amor que cada uno ponga en el empeño de presentar un alimento con la mejor calidad. Lo mas sencillo de la cocina puede ser un huevo frito, pero no todos sabemos freír huevos. Hoy en la actualidad muchos negocios gastronómicos funcionan a través de franquicias, donde bajo esquemas prefijados se elaboran determinados platos, pero entre uno y otro restaurante podemos facilmente encontrar variación en el resultado. Seamos aun más simples, en un mismo local el sabor del café puede variar de un camarero a otro, con igual materia prima e igual cafetera, sencillamente la mano y ese toque variable de precisión modifica su calidad.