Entramos en Semana Santa, y muchos creyentes y otros no tanto de abstienen de comer carne. Es el punto donde la religión se convierte en actividad social como puede ser el bautismo o la comunión. Hace mucho que los pueblos incorporan la celebraciones religiosas a su modo de vida social, formando parte de la cultura generalizada con independencia del sentido que le dio origen. Es en esta época del año cuando el pescado se hace más presente en las mesas de medio mundo.
Recuerdo a la abuela en mi casa de Santiago preparar en el horno un enorme pargo asado, era todo un rito aquel Viernes Santo, que no se repetía con frecuencia porque a decir verdad somos más amantes de la carne roja, del cerdo y del pollo. Sin embargo pertenezco a la generación que dejo de comer en casa para pasar a los comedores en las escuelas o en los centros de trabajo y en estos nuestra Semana Santa duraba 365 días. Conocimos las laticas de troncho, las sardinas y el Jurel en toda sus manifestaciones y la expresión "Nos van a salir escamas" era habitual escucharla. Sin embargo puede que tengamos que agradecer que nos hicimos mayores comiendo pescado ya que es lo que más recomiendan los galenos para evitar factores de riesgo para la salud. Vivo en España un país donde todo lo que viene del mar recibe un valor extraordinario. Y para muchos es un lamento no poder comer pescado fresco por el coste que tiene. La llamada dieta mediterranea a base de verduras, frutas y pescado es la más recomendada hoy en día. Nada que como siempre los cubanos vamos por delante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
YO PIENSO QUE