sábado, mayo 29

La Mezcla.


En el comienzo de nuestra idea de escribir o mejor dicho de intentarlo, perseguíamos el objetivo de acercarnos y mantener los recuerdos de nuestra vida utilizando la cocina y todo lo que la rodea como pretexto para recrear aspectos cotidianos, muy someramente tratados sin profundizar demasiado, solo se trata de mantener la comunicación de una manera llana. En el primer artículo de este blog hacíamos referencia al origen de la cocina cubana; una mezcla entre lo aborigen, lo español y lo africano. Nuestra historia culinaria es o puede ser muy similar a la de otros tantos pueblos, formados en el proceso puramente evolutivo del hombre y su actuación a través de cientos o miles de años. Como hemos tratado, muchos de los alimentos que hoy conocemos tuvieron su origen en lugares muy distantes, donde radican sus centros genéticos. El sudeste asiático, la propia África y nuestra América se erigen como lugares primarios de cultivos que gracias a la mano del hombre hoy en día se desarrollan con normalidad en diferentes regiones inclusive sufriendo modificaciones que permiten su adaptación climática. En el caso particular de España encontramos una cocina muy diversificada entre regiones pero receptora en general de la influencia de otras culturas. Aprovechando que mencionamos las mezclas de culturas hoy trataremos de reflejar un tema quizás políticamente incorrecto pero con la naturalidad de la observación de nuestro entorno. Los españoles y me refiero a nuestros antepasados fueron capaces de aceptar la mezcla desde la cocina hasta la propia formación de las sociedades que se desarrollaron en sus colonias, siendo participes directos de su diversidad racial. Muchas veces hemos escuchado que el mejor invento de los gallegos fue la mulata y es quizás lo que los diferencia de otros dominios colonizadores. Sin embargo en su propio territorio el tema es bien distinto. Cuando visitamos otros países de la vieja Europa hay un aspecto que los diferencia de la España de hace solo 15 o 20 años. Lugares como el Reino Unido, Bélgica y la propia Francia mostraban una mezcla racial significativa y en su población estaban presente muchos nativos de sus antiguas colonias en primera o segunda generación. Personas que te podías encontrar ocupando cualquier posición social. ¿Que paso en España? Puede que dada la situación económica y social que vivió este país hasta hace relativamente poco tiempo no era un lugar aconsejable para buscar nuevas oportunidades. Un caso muy significativo es el de los propios cubanos. En su salida de Cuba, muchos utilizaron la llamada vía España pero solo como trampolín, aquí quedaban unos pocos casi siempre por la presencia de parientes cercanos que le brindaban cobijo y el impulso necesario para reiniciar sus vidas. Confieso con la mayor sinceridad que durante mucho tiempo al menos en Asturias no vi personas de otras razas y durante años solo estaban presentes en momentos puntuales, siempre en ferias o algún que otro evento. Hoy el tema es diferente, en los últimos años ha proliferado la presencia de extranjeros. Sin embargo aún la integración plena en la sociedad no es visible. Resulta practicamente imposible encontrar a un extranjero al menos en Asturias ocupando un puesto en el sector de la administración pública, en política o en trabajos de alguna que otra importancia, su presencia es solo palpable en el sector servicios o en la construcción. Las relaciones personales entre nativos y extranjeros existe, sin que por ello se observen familias formadas por una u otra raza. ¿Podríamos considerar que existe racismo? No lo creo, es aún muy pronto para dar ese calificativo a una sociedad que da sus primeros pasos en la pluriculturalidad. Llegará el momento en que las mulatas no sean solo un producto de la histórica colonización. Al menos hemos avanzado, ya en el mercado podemos comprar yuca, mango o kimbombo. Puede ser que como en el amor el cambio entre por la cocina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

YO PIENSO QUE