¿ A quien voto ?



Publicidad - Elecciones de 1948 en Cuba

 Hoy 22 de mayo millones de españoles están llamados a elegir a sus representantes municipales y provinciales en unas elecciones que tienen como telón de fondo una crisis que se prolonga en el tiempo y en el sufrimiento de muchos ciudadanos. La España de hoy donde dos grandes partidos políticos luchan sin cuartel por el poder se enfrenta a una parte del pueblo mayoritariamente joven que se ha lanzado a la calle bajo las banderas del hastió hacia quienes tienen la responsabilidad y el deber social de garantizar su presente y futuro.
El movimiento del 15-M o la Spanish revolution, que comenzó en la Puerta del Sol en Madrid y se ha extendido como la pólvora hacia otras capitales españolas y de Europa pide una democracia real ya, removiendo los cimientos de un sistema político donde por desgracia la corrupción es la carta de presentación.
Los cubanos que nacimos al final de los años 50 del siglo pasado nunca tuvimos la oportunidad de vivir una confrontación política entre partidos de diferente signo y color y solo teníamos la referencia de aquellas clases de historia donde nos contaban como eran las elecciones en Cuba antes de 1959, donde la compra de votos y el soborno bajo promesas electorales eran normas establecidas. Lo singular de todo esto es que aunque estemos en nuevos tiempos la esencia y las estrategias de la lucha por del poder siguen siendo las mismas que antaño, y resulte nefasto y triste que cuando supuestamente eres libre de votar en un país democrático se te alejen las razones objetivas de por quien hacerlo y para que hacerlo . Hace mucho tiempo en un antiguo y conocido teatro de la habana tuvimos la oportunidad de disfrutar de una obra recreada en la Cuba republicana; donde en una de sus escenas dos hermosas y despamparantes trabajadoras del sexo opinaban sobre las elecciones presidenciales, después de exponer sus razones de voto llegaban a la inequívoca conclusión de que lo mismo daba que ganara uno que otro partido si al final del camino seguirían siendo p....s, es una verdad dura y simple pero tristemente cierta.