viernes, junio 1

Fumar, pecado mortal.


Nacimos en Santiago de las Vegas, en una tierra que alguna vez vio plantar y crecer el tabaco bajo su cielo por lo que llevamos una vega en nuestro apellido. Tuvimos vegueros sublevados y la despalilladora del asturiano Gumersindo Garcia Cuervo que llenaba con su aroma de grandes pacas de tabaco el aire que respirabamos.
En algún momento de nuestra historia aquellos emigrantes canarios que llegaban a Cuba escogieron nuestro suelo para producir lo que ya nuestros indígenas conocían cuando llegaron los conquistadores. Una vega de tabaco es posiblemente lo más perfecto y bello que el campo puede tener. En San Juan y Martínez un campesino en una ocasión me comentó que lo primero que tenemos que aprender de una vega es saber caminar por ella. Las hojas de Nicotiana tabacum (nombre cientifico del tabaco) son tan sensibles y delicadas como la más bella de las mujeres, que espera que nuestras manos sean de la más fina seda.
Nuestros padres y abuelos fumadores, disfrutaron de los mejores puros o cigarrillos que se pueden imaginar y mencionar el tabaco cubano es hablar de la propia esencia del sabor patrio. Los más jóvenes también tuvimos los nuestros; Populares, Ligeros, Vegueros y los rubios Aroma y Dorados fueron parte de nuestra vida, a pesar de que muchas veces estaban lejos de nuestro alcance. Aquellos primeros cigarros que fumabamos escondidos de nuestros padres sabían a gloria y nuestros parques fueron testigos mudos de nuestro camino hacia algo tan dañino como mágico.

Un buen café sin un cigarro pierde todo su encanto y las palabra suenan vacías en una sobremesa. Hoy en día el tabaco es parte de todo un negocio que practica una demagogia auspiciada por quienes tienen el poder de su distribución y venta. Te puede matar es su carta de presentación, pero te lo venden. Como un estado puede llenarte de información sobre lo que para la salud representa y al mismo tiempo ponerlo en tus manos y con el gravamen de impuestos que llenan sus arcas. ¿Donde esta el secreto de esta filosofía del palo y la zanahoria?, o es que saben de ante mano que el homo sapiens es amigo de lo prohibido y de aquello que te hace vivir en el filo de navaja.
El pasado año, España puso en vigor la ley seca contra el tabaco o mejor dicho contra los fumadores. Quedo prohibido fumar en todos los establecimientos públicos cerrados y en parques o alrededores de centros de salud. Sin embargo se ampliaron los lugares donde esta permitida su venta, es el juego del gato y el ratón. Es cierto que son ya muchos países que han establecido estas medidas pero en España son aún más restrictivas. Este es un país donde la vida en el café es parte de su propia existencia. Las noches en España son mas largas que en ningún otro lugar y las sobremesas y tertulias son más que una corrida de toros. Los fumadores se convirtieron en escoria social y las aceras son su última oportunidad aunque la lluvia y el frío cale tus huesos. Lo único bueno de toda la historia es que los trabajadores de limpieza de calles tendrán trabajo seguro, las colillas son ahora una parte muy importante del paisaje ciudadano.
Puede y es real que el tabaco sea dañino pero vivimos en sociedades que practicamente todo lo es; grandes industrias, transportes y hasta la gran mayoria de los alimentos son contaminantes o estan contaminados, llegará el día en que todo sea prohibido y nuestra unica solución sea comer manzanas como Adan y Eva, aunque haya sido nuestro primer pecado. Mientras tanto saldremos a las aceras o iremos a fumar escondidos a los baños o retretes, ahi esta nuestro sitio.







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