Maqueta del primer tren en Cuba, expuesta en el Museo del Ron -La Habana |
En la actualidad el
territorio español esta surcado por miles de kilómetros de vías férreas. Trenes
de mercancías y trenes de pasajeros unen poblaciones de norte a sur y de este a
oeste. Desde 1848 con la inauguración de la vía férrea que une Barcelona con Mataró hasta
el presente desarrollo de los trenes de alta velocidad la historia ferroviaria
española está repleta de acontecimientos que de manera importante han incidido
en el desarrollo económico y social de este país. Sin embargo son muchos
los historiadores que sitúan y reconocen el primer tramo de línea
ferroviaria española muy lejos de estas tierras.
Allá por la década del 30 del siglo
XIX Cuba era aun considerada tierra española y fue precisamente en La
Habana donde el 19 de noviembre de 1937 bajo una pertinaz lluvia, típica
del suave invierno cubano y en presencia de la más alta jerarquía de la Capital
quedaba inaugurado el primer tramo de la línea ferroviaria que uniría La Habana
con la Villa de Güines. El creciente desarrollo de la industria azucarera y de
otros productos agrícolas al sur de la Habana y la necesidad de su
transportación hasta el puerto habanero fueron condicionantes en el desarrollo
ferroviario de la última colonia española. Cuba se convirtió en el primer país
de América latina en poseer sistemas ferroviarios y el séptimo en el mundo.
El promotor del primer ferrocarril
de Cuba fue Claudio Martínez de Pinillo, el Conde
de Villanueva nacido en La
Habana y por lo tanto un criollo. Fue Conde a partir de la muerte de su
padre, que era español, El 20 de Mayo de 1814 fue nombrado Contador
General de Rentas y de la Aduana de la Isla de Cuba. En 1832 pasó a
ser el Presidente de la Junta de Fomento- En
1833 murió Fernando VII y
le sucedió la Reina Isabel II, quien
el 12 de Octubre de 1834 autorizó el ferrocarril, financiado por
bancos ingleses mediante préstamos de dos millones de pesos en oro.
En abril de 1835 la Junta de Fomento creó la Comisión denominada
Camino de Hierro, presidida por el Conde de Villanueva.
Aunque esta parte de la historia está
muy bien documentada surge un elemento discordante. Según parece,
existe información en el museo del Ferrocarril de Gijón que indica que tres años antes de 1837 existía ya un
tren minero en la población asturiana de Arnao.
Fuese uno u otro, lo mismo da, al final todo queda en casa.