Los santiagueros hemos sido privilegiados al tener la posibilidad de ingerir aguacate con cierta frecuencia. Esta fruta en su concepto agrícola y botánico ha devenido en un acompañante ideal de nuestras comidas por lo general en forma de ensalada. Es muy común la existencia en nuestros pequeños patios de este majestuoso árbol que puede alcanzar hasta los 20 metros de altura. Ha formado parte indiscutible de nuestra dieta, contribuyendo de manera sutil en las relaciones vecinales y familiares ¿o no recuerda usted? que obsequiar con aguacate era una forma de nuestra comunicación personal con el vecino o el amigo.
En Santiago de las Vegas tuvimos la suerte de contar con el Vivero Mulgoba( frente al Reparto Los Cocos) quienes durante décadas suministraron posturas de aguacateros a muchas familias de nuestro entorno. La presencia de una amplia cantidad de variedades como el Catalina, García o Wilson, unas tempranas otras tardías, permitían contar con aguacate casi todo el año.
En Santiago de las Vegas tuvimos la suerte de contar con el Vivero Mulgoba( frente al Reparto Los Cocos) quienes durante décadas suministraron posturas de aguacateros a muchas familias de nuestro entorno. La presencia de una amplia cantidad de variedades como el Catalina, García o Wilson, unas tempranas otras tardías, permitían contar con aguacate casi todo el año.
El aguacate tiene su origen en la zona central de América, ya los aztecas rendían culto a esta fruta sobre todo por su poder afrodisiaco y la comparaban quizás con una sonrisa con los testículos por la manera de colgar que tienen del árbol.
Su valor nutritivo mas allá del amor y la virilidad es incuestionable, rico en vitamina E retrasa los procesos de envejecimiento y aporta proteínas y ácidos grasos de alta calidad. Su alto contenido en Lecitina, necesaria en el metabolismo de las grasas lo hace valedor de la lucha contra el colesterol y en la prevención de la arteriosclerosis. Estudios médicos dan fe de su importancia en el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer, la depresión o la esclerosis múltiple. Los españoles que visitan nuestra tierra quedan sorprendidos por el tamaño de nuestros aguacates, puede que ese sea el origen de nuestra entrega en el amor.
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